Capítulo 1
3 de enero, un día oscuro y lluvioso. Pero la lluvia no es limpia- pensó Spait- sino un líquido que cubre todo de un fango oscuro, y pinta la ciudad de color gris como el cielo.
Esa mañana Spait se había despertado aturdido. Miles de pensamientos se agolpaban en su mente. Apenas había dormido durante la noche; una pesadilla frenética le había dejado la boca seca y un fuerte dolor de cabeza. Se levantó con el sueño todavía arañando su cara y se dirigió al baño. Contempló su rostro en el espejo, su tez pálida revelaba la falta de ejercicio al aire libre, junto con una angustia indescriptible. Abrió el grifo, que escupía un líquido viscoso, color óxido.
-Otra vez-dijo- si seguimos así….
Un estruendo interrumpió sus reflexiones.
¡Otra tubería ha estallado! Pensó, mientras iba a la cocina a por un poco de agua mineral que le permitiera lavarse la cara y despejarse. Ese día, Spait estaba harto del hambre, de la falta de agua y de su ciudad llena de escombros, de las viviendas derrumbadas y en el mismo momento que escuchó el estallido, tomó una decisión: iría a Nueva York a visitar a su gran amigo Larry, así hablarían del nuevo trabajo que, como ciéntificos, iban a realizar. Larry, vivía en una de las pequeñas comunidades que se habían formado en Nueva York para hacer frente al imparable deterioro medioambiental.
Sin pensárselo dos veces, cogió un par de camisetas y un par de pantalones, salió de casa y se dirigió al aeropuerto. No había vuelos, debido a la gran cantidad de partículas radioactivas que flotaban por la atmósfera. Entonces, se dirigió a casa de un viejo amigo que tenía una avioneta vieja y destartalada, se la pidió, la necesitaba para llegar hasta Nueva York, se arriesgaría a volar. La avioneta no tenía demasiado combustible, pero probablemente el suficiente para realizar su viaje. Agradeció al amigo su ayuda y subió.
El paisaje apreciable desde el avión era devastador, el aire estaba lleno de partículas contaminantes y la falta de seguridades el propio dificultó la llegada a su destino. Finalmente llegó, aterrizó en un espacio abierto, sin casas y sin vegetación que encontró no muy lejos de donde residía Larry. Cogió las maletas y se dirigió a su casa.
Por el camino encontró un grupo de personas vestidas de negro que corrían de forma apresurada.
Al llegar a casa del amigo, vio la puerta abierta, entró, se encontró todo desordenado, los muebles destrozados y a Larry desmayado en el suelo de la habitación. Parecía que unos ladrones hubieran entrado a robarle.
Rápidamente llamó al teléfono de emergencia y, en unos minutos, la ambulancia llegó allí. Se llevaron a Larry al hospital, Spait quiso acompañarle en la ambulancia, y los enfermeros le dieron permiso para hacerlo.
Mientras, Valery y Áriel habían sido informadas por Larry de todo lo ocurrido. Lo visitarían al día siguiente , Spait les había dicho que estaba hospitalizado en el único hospital no derrumbado de la ciudad.A Larry le estaban haciendo un diagnóstico y la policía estaba investigando el caso del posible intento de robo.
Al día siguiente, la policía llegó a una conclusión: la banda del conocido Brooke había sido la responsable de enviar a casa de Larry un mercenario, para que le robara la fórmula secreta que estaba ideando para salvar el planeta; esta fórmula había sido creada por Spait, pero Larry la tenía en propiedad, ya que estaba investigando sobre los hechos concretos. Habían cogido a algunos miembros de la banda, pero Brooke estaba desaparecido.
Ese día, Válery y Ariel fueron a ver a Larry, que se encontraba algo mejor, el diagnóstico era bueno, podría salir en unos días. Y, allí, Spait les contó lo que estaba ocurriendo. Ellas se asustaron mucho, pero no se quedaron paradas. Desde hacía tiempo, también ellas buscaban todo tipo de información, desde curas hasta pociones para el hambre, que les pudieran ayudar a mejorar la situación en la que se encontraba la Tierra. Lo que le había ocurrido a su amigo sirvió para que continuaran con más ahínco en sus investigaciones . Así pudieron descubrir la existencia de un científico, John Stones, que vivía en Australia y que, según decían muchos, era uno de los mejores estudiosos sobre el medio ambiente y los diferentes tipos de energía. Probablemente, con su ayuda podrían mejorar la fórmula que Larry y Spait habían creado para frenar el deterioro del planeta.
Cuando Larry abandonó el hospital, se reunieron los cuatro en su casa, para planear cómo contactar con el científico John. Tenían que empezar a actuar de forma inmediata. Se dirigieron al lugar donde Spait había dejado la avioneta, antes pasaron por casa del tío de Larry, que era piloto, y probablemente les pudiera dejar algo de combustible, y así fue.
Al día siguiente sin más tiempo de espera, iniciaron un vuelo hacia Australia.
Esa mañana Spait se había despertado aturdido. Miles de pensamientos se agolpaban en su mente. Apenas había dormido durante la noche; una pesadilla frenética le había dejado la boca seca y un fuerte dolor de cabeza. Se levantó con el sueño todavía arañando su cara y se dirigió al baño. Contempló su rostro en el espejo, su tez pálida revelaba la falta de ejercicio al aire libre, junto con una angustia indescriptible. Abrió el grifo, que escupía un líquido viscoso, color óxido.
-Otra vez-dijo- si seguimos así….
Un estruendo interrumpió sus reflexiones.
¡Otra tubería ha estallado! Pensó, mientras iba a la cocina a por un poco de agua mineral que le permitiera lavarse la cara y despejarse. Ese día, Spait estaba harto del hambre, de la falta de agua y de su ciudad llena de escombros, de las viviendas derrumbadas y en el mismo momento que escuchó el estallido, tomó una decisión: iría a Nueva York a visitar a su gran amigo Larry, así hablarían del nuevo trabajo que, como ciéntificos, iban a realizar. Larry, vivía en una de las pequeñas comunidades que se habían formado en Nueva York para hacer frente al imparable deterioro medioambiental.
Sin pensárselo dos veces, cogió un par de camisetas y un par de pantalones, salió de casa y se dirigió al aeropuerto. No había vuelos, debido a la gran cantidad de partículas radioactivas que flotaban por la atmósfera. Entonces, se dirigió a casa de un viejo amigo que tenía una avioneta vieja y destartalada, se la pidió, la necesitaba para llegar hasta Nueva York, se arriesgaría a volar. La avioneta no tenía demasiado combustible, pero probablemente el suficiente para realizar su viaje. Agradeció al amigo su ayuda y subió.
El paisaje apreciable desde el avión era devastador, el aire estaba lleno de partículas contaminantes y la falta de seguridades el propio dificultó la llegada a su destino. Finalmente llegó, aterrizó en un espacio abierto, sin casas y sin vegetación que encontró no muy lejos de donde residía Larry. Cogió las maletas y se dirigió a su casa.
Por el camino encontró un grupo de personas vestidas de negro que corrían de forma apresurada.
Al llegar a casa del amigo, vio la puerta abierta, entró, se encontró todo desordenado, los muebles destrozados y a Larry desmayado en el suelo de la habitación. Parecía que unos ladrones hubieran entrado a robarle.
Rápidamente llamó al teléfono de emergencia y, en unos minutos, la ambulancia llegó allí. Se llevaron a Larry al hospital, Spait quiso acompañarle en la ambulancia, y los enfermeros le dieron permiso para hacerlo.
Mientras, Valery y Áriel habían sido informadas por Larry de todo lo ocurrido. Lo visitarían al día siguiente , Spait les había dicho que estaba hospitalizado en el único hospital no derrumbado de la ciudad.A Larry le estaban haciendo un diagnóstico y la policía estaba investigando el caso del posible intento de robo.
Al día siguiente, la policía llegó a una conclusión: la banda del conocido Brooke había sido la responsable de enviar a casa de Larry un mercenario, para que le robara la fórmula secreta que estaba ideando para salvar el planeta; esta fórmula había sido creada por Spait, pero Larry la tenía en propiedad, ya que estaba investigando sobre los hechos concretos. Habían cogido a algunos miembros de la banda, pero Brooke estaba desaparecido.
Ese día, Válery y Ariel fueron a ver a Larry, que se encontraba algo mejor, el diagnóstico era bueno, podría salir en unos días. Y, allí, Spait les contó lo que estaba ocurriendo. Ellas se asustaron mucho, pero no se quedaron paradas. Desde hacía tiempo, también ellas buscaban todo tipo de información, desde curas hasta pociones para el hambre, que les pudieran ayudar a mejorar la situación en la que se encontraba la Tierra. Lo que le había ocurrido a su amigo sirvió para que continuaran con más ahínco en sus investigaciones . Así pudieron descubrir la existencia de un científico, John Stones, que vivía en Australia y que, según decían muchos, era uno de los mejores estudiosos sobre el medio ambiente y los diferentes tipos de energía. Probablemente, con su ayuda podrían mejorar la fórmula que Larry y Spait habían creado para frenar el deterioro del planeta.
Cuando Larry abandonó el hospital, se reunieron los cuatro en su casa, para planear cómo contactar con el científico John. Tenían que empezar a actuar de forma inmediata. Se dirigieron al lugar donde Spait había dejado la avioneta, antes pasaron por casa del tío de Larry, que era piloto, y probablemente les pudiera dejar algo de combustible, y así fue.
Al día siguiente sin más tiempo de espera, iniciaron un vuelo hacia Australia.